Impresiones de semana santa en Melilla

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Según en qué ciclo litúrgico, abril es un mes más tradicional para la semana santa que el de marzo. Parece que una próxima y no muy lejana reforma situará la semana de pasión cristiana en este mes, y además establecerá una semana fija para su celebración y conmemoración. Esto evitará su desplazamiento trianual por el calendario y permitirá programar mejor los actos. En el norte de África coinciden varios ritos cristianos, no solo el católico, sino también el copto y el ortodoxo; por lo que la reforma busca también una coincidencia temporal con estas otras tradiciones y ritos.

La bula de la semana santa melillense

Mantener las tradiciones a lo largo de los siglos es difícil. Los origenes de las procesiones son relativamente modernos. En la Melilla de la larga noche de los 400 años (1497-1860) todo se desarrollaba dentro de los muros de la ciudad vieja. Los santos y las imágenes se sacaban a las calles en ocasiones muy específicas, como la festividad del santo o santa, en conmemoraciones litúrgicas, o en momentos excepcionales, tales como asedios, sequías, en espera de la llegada de los barcos de suministros. Las conmemoriaciones litúrgicas de semana santa se realizaban dentro del templo mayor melillense. Existían varias cofradías, pero no en el sentido que actualmente conocemos, a finales del siglo XVIII, con las denominaciones de Santísimo Sacramento, Benditas Ánimas, Nuestra Señora de la Soledad, Santo Cristo de la Vera Cruz y Santiago. Extraña que Melilla no cuente con una imagen de San Miguel, pese a ser el titular de la primera iglesia.

La semana santa que conocemos se funda a partir de 1940, con la participación de todas las iglesias erigidas dentro del nuevo territorio. Actualmente, una parte de los desfiles procesionales en España están protegidos con la categoría de «interes turístico», de «interés cultural», o tienen una entidad que rebasa el propio hecho religioso. La acción y participación del turismo influye y transforma las propias procesiones, que se convierte en eventos culturales.

No sucede nada de esto en nuestra ciudad. La semana santa está sostenida únicamente por el trabajo y la participación de un puñado de fieles, que mantienen una actividad cofrade y de hermandad, al margen de las subvenciones oficiales que ayudan con los locales y enseres, pero no pueden entrar en la propia dinámica religiosa. Ese el campo de las Bulas o edictos papales, de obligado cumpliento en todo el orbe católico romano

In memoriam et fidelitate Dei

En recuerdo y la fidelidad de Dios. Este podría ser el título de la Bula canónica que protegiese y enalteciese la semana santa de Melilla, que recae sobre los hombros y espaldas del millar de fieles que la sostienen y mantiene cada año, bien portando los tronos, ayudando y colaborando en las cofradías, asitiendo a los oficios religiosos, o acudiendo a los desfiles procesionales. Las bulas regulan, promueven y distinguen los distintos grados de colaboración.

Existe un amplio entramado de indulgencias con oraciones dedicadas a profesar la fe en Dios Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, que rezadas en un determinado momento, lugar o frente a una imagen sacra, otorgan beneficios personales y colectivos.

Mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres jóvenes bajo los tronos y palios, en una semana santa difícil, pequeña, frente al otro millar de personas que asisten a la procesiones, y que la hacen distinta cada año. A la vez anónima y silenciosa.

Credo de Nicea-Constantinopla

«Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Así sea». ( 7 años de indulgencia si se reza tras el final de la misa y plenaria si se reza durante un mes entero).

En el interior del Rocío

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   La Semana Santa en Melilla tiene más dificultad que en ninguna otra ciudad o pueblo de España. Es de las pocas ciudades en las que desapareció totalmente, mientras que en otras ciudades atravesaron una gran crisis. Ahora en la época del esplendor y cenit semanosantero, en Melilla se lucha por la supervivencia. Quedan ya solo tres cofradías grandes. Una es la del Rocío y Cautivo,  y la otra la de La Flagelación de Batería Jota. La que resta es la del Nazareno y virgen de los Los Dolores.

   Las Bulas Papales son decretos leyes que los Papas firman sobre aspectos generales o específicos ya veces muy concretos,  para apoyar o estimular situaciones particulares. En Melilla, la semana santa debería estar protegida por alguna Bula que conceda beneficios espirituales a todos aquellos (hombres y mujeres) que portan los palios y pasos procesionales,  porque en esta ciudad,  dada la escasez de la población sustentante, no hay posibilidad de relevo en los varales.

  En todos los años transcurridos desde la creación de esta Capilla de Juan el Bautista,  no hemos dejado de relatar, asistir o buscar imágenes de la semana santa de Melilla, bien en los primeros días,  en los centrales, o en los finales. En esta ocasión hemos entrado en la Hermandad del Cautivo y del Rocío, que son los palios y pasos más grandes de la ciudad.  El del Rocío,  con su entramado de varales de plata, compone un conjunto de más de 3000 kilos de peso.

  Es la única cofradía que ha instalado un sistema de almohadillado neumático,  que reparte el peso de modo equilibrado y en función de la altura de los portadores. Aún así impresiona el tamaño del palio y su envergadura.  También es la cofradía con un recorrido más largo y con más dificultades orográficas.

  En la Casa de Hermandad albergan un pequeño museo, los ropajes originales de las tallas en su primera apareción en Melilla en 1949, algunas pinturas e imágenes de culto procedentes de donaciones privadas.

Una Procesión Magna

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La Granada cristiana

El fenómeno procesional católico continúa en expasión desde prinpcios del siglo XXI, y quizá esté alcanzando su momento álgido. En las ciudades grandes, las más tradicionales, las más populosas, las procesiones se han duplicado. Pero no es algo que sea uniforme, no hay modo de describir a todas ni de agruparlas bajo un mismo manto, ya sea el de un nazareno o el de una dolorosa.

La pandemia paralizó todas las actividades y desfiles procesionales durante dos años, por lo que la agrupación de todos los pasos procesionales bajo una mismo acontecimiento, denominado como Procesión Magna, surge tras esa ausencia forzada. Sería como una sed procesional, que hay que saciar de algún modo. Las procesiones se desarrollan con toda la ciudad abierta. Están acompañadas de música y de incienso. Circulan por los centros históricos de las ciudades. Son además de un hecho religioso, algo cultural, social, estético. Al ser largas, tanto temporal como espacialmente, al atravesar muchos lugares, las sensaciones son distintas. Una procesión no es lo mismo que al final. El ánimo del que contempla tampoco. Pasan muchas cosas en ese lapso de tiempo que suele ser largo.

La Magna Procesión de Granada se celebró dentro del 34º encuentro anual de la Agrupación de Cofradías de España, el pasado 14 de octubre de 2023. Los 22 pasos procesionales granadinos, desfilaron ordenadamente a lo largo de la tarde y noche del sábado. Todos salieron en los días previos desde sus parroquias matrices o titulares, y fueron hasta el inmenso espacio de culto de la catedral de Granada, en donde quedaron acogidas hasta el día de la procesión. Además, en el Monasterio-Hospedería de San Bernardo, se llevó a cabo una exposición de Dolorososas, algunas de muy bella factura.

Los cuatro distritos de Granada: Centro, Albaicín-Sacromonte, Realejo y Zaidín, pusieron a sus 22pasos procesionales en las calles, en el mismo orden semanosantero: Borriquilla, Santa Cena, El Huerto, Paciencia y Penas, Cañillas, Dolores, Sentencia y Maravillas, Rescate, Pasión y Estrella, Trabajo y Luz, Tres Caídas, Gitanos, Despojado, Estudiantes, Escolapios, Lanzada, Aurora, Salesianos, Favores, Soledad, Resurrección y Triunfo, cerrando Esperanza. Monseñor José Mª Gil Tamayo, arzobispo de Granada, recibió a cada uno de los pasos, al pie del formidable templo granadino, custodio de los restos mortales de los Reyes Católicos Isabel y Fernando, así como los de sus hijos y herederos Juana I de Castilla, Reina de España, y de su esposo y Rey consorte, Felipe el hermoso.

En la cripta de Fray Leopoldo

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  Fray Leopoldo de Alpandeire, pueblecito de la Serranía de Ronda, falleció en Granada un 9 de febrero de 1956. El que sería afamado fraile, había nacido el 24 de junio de 1864, según consta en un acta de bautismo. El hijo de Diego Mázquez y Gerónima Sánchez, había disfrutado de una vida larga, 91 años. Todas sus líneas familiares están arraigas en la zona. Era un hombre acostumbrado a las temperaturas extremas de la vida en la sierra. En ella vivió hasta los 33 años, siendo el primogénito de una larga lista de hermanos. En la enorme iglesia de San Antonio de Padua tomará contacto con el oficio litúrgico, según se cuenta en la biografía de fray Ángel de León, editada en 1974. En ella se le titulará como Mendigo por Dios, pero fue en realidad su limosnero, el mayor e incansable limosnero de la historia. En esta misión recorrerá casi toda la provincia de Granada y parte de las de Málaga, Almería y Jaén.

  Francisco Tomás realizara el servicio militar en Málaga, concretamente en el Regimiento de Pavía, en 1891, casi ya al borde de cumplir los 30 años. Tras varias vicisitudes y obstáculos que él achacó siempre al diablo, el futuro fray Leopoldo logró ingresar como capuchino en 1899, con 35 años y en el último año del siglo XIX, en el convento de Sevilla. Tras acabar el noviciado fue trasladado a Antequera. Los votos definitivos los tomará en Granada en 1903, ciudad en la que pasará el resto de su vida, hasta su final, 53 años después. Solo saldrá de Granada por un breve espacio de tiempo, entre 1913 y 1914. En su vida verá acontecer todas las turbulencias políticas y bélicas del siglo XX español.

           La cripta de Granada

  Desde su fallecimiento en 1956, la cripta en donde está enterrado en un santuario. La afluencia de fieles y de solicitantes de favores no ha cesado ni decrecido, pese al ya largo tiempo transcurrido desde su muerte. Su fama no solo dececre, sino que se amplía, y su radio de acción ya alcanza casi todo el territorio nacional. Fue declarado como beato de la Iglesia Católica en 2010, aunque la devoción popular lo tiene ya entre los santos, desde el mismo momento de su muerte. Tenía una gran fortaleza física y espiritual, por lo que se le considera un protector eficaz en las asechanzas del diablo. Enfermedades y padecimientos le atormentaron en sus últimos años, por lo que se solitica su intervención en numerosas cuestiones relacionadas con la salud. Sus restos mortales reposaron dos años en la tierra, y el 31 de mayo de 1959 fueron trasladados a la iglesia de su antigua convento. En el presente y definitivo sarcófago y cripta descansa y es objeto de veneración desde el 27 de octubre de 1969.

  Han pasado 12 años desde la creación de esta capilla virtual de San Juan Bautista, en julio de 2012, y era una obligación pendiente la visita a la cripta y museo de fray Leopoldo en Granada, cuyo nombre completo fue Francisco Tomas de san Juan Bautista.

Nota:https://www.fray-leopoldo.org/biografia/

  

Convento de Las Puras, Almería

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En los últimos días de diciembre de 1489, Almería pasó a manos de los Reyes Católicos tras un pacto de rendición firmado en ña localidad de Tabernas. La rendición garantizaba la pervivencia de edificio y de personas, salvo ña propiedad y titularidad de los inmuebles. Palacios, edificios de gobierno y mezquitas cambiaron de mano y de uso. Esto ocurrió con el que fuera palacio del comendador León Gutierre de Cárdenas, que acabó siendo transformado en el Real Monasterio de Concepcionistas Franciscanas, con fundación en 1505.

Fue un tiempo de mujeres portentosas, como santa Beatriz de Silva, Teresa Enriquez, o Beatriz Galindo «la Latina». Beatriz y Teresa iniciaron la gran transformación de los conventos femeninos y crearon la Orden de la Inmaculada Concepción o Concepcionistas. A estos nombres ilustres y ya inmortales se acabaría uniendo Sor Patrocinio, que realizará la última transformación de la Orden, que se distingue por sus hábitos azules.

De manera milagrosa este convento sobrevivió, con casi todo su patrimonio artístico, a los incendios revolucionarios de julio de 1936, tras el golpe de Estado del Ejército de Marruecos. El resto de los edificios religiosos de la capital almeriense ardió hasta los cimientos. No se salvaron ni inmuebles ni enseres.

La acción decidida de algunos almerienses, el propio respeto reverencial que inspiraban las monjas a las masas revolucionarias, y el inevitable concurso del azar, preservaron la casi totalidad del monumento y de su contenido, que tampoco fue saqueado.

El otro gran episodio funesto para el patrimonio cultural almeriense fue el gran terremoto de 1522, que arrasó casi la totalidad de la Almería de la conquista, incluida su mezquita mayor, ya transformada en iglesia de San Juan, y que en palabras de Jerónimo Munzer: «Era la más hermosa de toda Al-Ándalus».

El convento de Las Puras atesora mucha más historia de la que se pueda contar en un solo artículo. Recientemente se ha restaurado, abierto al público en su mayor parte, y publicado estudios históricos sobre este monumento.

Las indulgencias del Gran Capitán

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Enrique Delgado

Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán, es conocido por sus hazañas en el campo de batallas, en las que venció a franceses y turcos, lema que figura en su escudo de armas. También adquirió legendaria fama por el modo ligero con el que justificaba sus gruesas cuentas en el Virreinato de Nápoles, de ahí lo de presentar las cuentas del «gran capitán». Pero lo menos conocido, por no decir casi totalmente desconocido, es que proporciona indulgencias, a todo aquel que rece junto al lugar que un día albergaron sus restos.

   El Real Monasterio de San Jerónimo en Granada muestra evidentes señas del saqueo, destrucción, y abandono al que estuvo sometido durante un siglo y medio. El que se inicia en 1810 con la ocupación del monumento por las tropas napoleónicas, a cuyo frente se encontraba el mariscal Horace Sebastiani, gobernador de Granada durante dos años. Antes de abandonar la ciudad, arrasó el monumento y sometió a expolio y profanación la tumba del Gran Capitán. Las crónicas dicen que se llevó consigo su calavera a Francia. Se trata de una familia de la nobleza francesa (Condes de La Porta y no sería difícil averiguar si todavía conservan entre sus pertenencias familiares, la calavera del más conocido y legendario de los militares españoles.

   La Reina Juana y su hijo Carlos V, concedieron a María Manrique, duquesa de Sessa y Terranova, los derechos de titularidad de la capilla mayor, casi gemela a la de la Catedral granadina, para enterrar allí al que fuera su marido (el Gran Capitán) y convertirla en panteón familiar. Todo discurrió con normalidad durante casi 300 años, hasta la llegada de las tropas napoleónicas, momento en el que se inicia del deterioro irreversible del monumento, hasta su reconstrucción en 1970, por iniciativa de sor Cristina de la Cruz y Arteaga.

      Las indulgencias de Clemente VII al Gran Capitan

    Giulio de Medici, sobrino de Lorenzo el Magnífico, entró en la historia pontificia como Clemente VII en 1523. Así pues, en el 2º año de su pontificado (1524), concede a la familia del Gran Capitán unas indulgencias para todo el que rece junto a sus restos mortales, tres Padres nuestros y sus correspondientes Avemarías, por las almas de él y de sus familiares. Clemente VII es el Papa que encarga los frescos de la Capilla Sixtina a Miguel Angel. Era un hábil diplomático y estuvo al frente de la Iglesia entre 1523 y 1534, cuando una seta venenosa acabó con su vida, a la edad de 56 años. Entre los historiadores que han trabajado su biografía, hay consenso en afirmar que no mereció morir así.

   Gonzalo Fernández de Córdoba falleció el 2 de diciembre de 1515 en Loja. Había sido Virrey de Nápoles y había creado grandes contactos en la Iglesia. Como persona era muy apreciado y respetado, por lo que no puede extrañar esta distinción Papal, transcurridos apenas 10 años desde su muerte.

Nota: En la lápida que notifica las indulgencias, parece apreciarse una errata, o un mal repintado del 5, y parece que escribe 1924, en vez de 1524, que sería la datación correcta.

Misioneras de las Doctrinas Rurales

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En los inicios del siglo XX los Montes de Málaga resultaban una zona insondable y casi inaccesible, como Las Hurdes en Cáceres. A veces las misiones no hay que ir a buscarlas atravesando océanos y continentes, sino al otro lado de la montaña. Esta fue la idea del padre jesuita Tiburcio Arnáiz en la ciudad de Málaga. Pero no basta solo con tener la idea, sino también materializarla en el campo físico.

Mª Isabel González del Valle Sanrandeses será la persona encargada de dar sustancia y cuerpo a esa idea. Era un mujer nacida en una familia de la burgesía adinerada de Oviedo, y no podía estar más alejada en todos los sentidos del padre Arnáiz, pero como dicen los cánones, no hay distancia que el Padre no se capaz de recorrer en un instante. La vida burguesa no le llenaba ni aportaba nada a la joven Mª isabel, que en 1920 y con solo 31 años, decide transformar su existencia de modo radical, y se traslada al municipio de Bélmez en Córdoba, tras unos ejercicios espirituales en Madrid.

En enero de 1921 conoce al padre Arnáiz en Málaga y se transformarán en una de esas parejas santas y milagrosas, que resultan decisivas para el surgimientos de órdenes religiosas nuevas, como la devoción a la Divina Infantina, surgida al unísino entre la madre Mª del Rosario Arrevillaga y el sacerdote almeriense Federico Salvador Ramón. La diferencia es que en el caso de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, se trata de una Orden seglar, y no existen los votos religiosos.

Los corralones de la capital, los pueblos de los Montes de Málaga, de la Sierra de Gibralgalia, Cártama, Alozaina, y la zona colindante con Cádiz, serán los territorios de su misión. El 6 de junio de 1937, con solo 48 años, fallece en Jerez de la Frontera Mª Isabel González del Valle. En julio de 1926 había fallecido el padre Arnáiz. Fueron solo unos pocos años de contacto, pero los suficientes para dejar sólidamente asentada esta fundación, con normas básicas y sencillas, que han llegado hasta hoy, tras un siglo desde su constitución o fundación.

El proceso de canonización

Se abrió el pasado 8 de noviembre en el templo del Sagrado Corazón de Málaga, en donde está enterrado el ya beato Tiburcio Arnáiz. El acto de apertura del proceso de canonización, presidido por el obispo de Málaga monseñor Catalá Ibáñez, implica la declaración de la misionera Mª isabel González como «sierva de Dios», lo que hace que ya pueda recibir culto privado, en espera que sus favores y gracias obtenidos mediante oraciones, obren un milagro y pueda ser declara beata. El camino hacia la santidad es largo, y puede llevar al menos un siglo más, periodos que en clave de vida eterna no suponen realmente nada. Como representante de las Misioneras acudió la hermana Mª Leticia Montero Granados, que es su directora general.

El padre Claret, confesor Real

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El padre Antonio María Claret, santo de la Iglesia Católica desde 1950, fue el confesor de la Reina Isabel II en una de las épocas más turbulentas de la historia de España, en medio de las Guerras Carlistas y las de Marruecos. Había nacido el 23 de diciembre de 1807, solo un año antes de la invasión napoleónica. Su vida transcurrió también durante el tiempo de «los espadones», como Espartero, Narváez y Serrano, que no solo propiciaban gobiernos, sino que también los empujaban al abismo. La primera mitad de de su vida transcurrió en Cataluña, en donde destacó por su talento como orador.

Estuvo un año en Roma entre 1839 y 1840. Hasta su nombramiento como arzobispo de Santiago de Cuba entre 1850 y 1856, ejerció como misionero apostólico en diversos lugares de la geografía española, siendo Canarias la más alejada de todas. A la par que recorría el territorio peninsular, fundó diversas congragaciones religiosas, siendo la más visible de todas en la actualidad, la de los Misioneros Claretianos, dedicados fundamentalmente a la enseñanza.

Sin embargo, su regreso a España y su designación como confesor Real por la Reina Isabel II, sería el hecho más trascendente que marcaría su vida y que le otorgaría una relevancia nacional, entre los muchos hechos que jalonaron y conformaron su biografía. Mientras ostentó ese cargo, viviría entre Madrid y La Granja de San Ildefonso, en cuya iglesia del Rosario fue capellán.

Isabel II estaba sobrada de influencias malévolas e interesadas: y muy falta de consejeros sin pretensiones. Parece que los encontró y así lo dejó señalado en una de sus muchos testimonios, en el padre Claret y en Sor Patrocinio. Además de ser dos iconos del catolicismo tradicional español, quedaron señalados por aquellos que, truncadas sus ambiciones políticas y pretensiones, vieron en ellos el último baluarte de la Reina antes sus ambiciones. Fueron vilipendiados en crueles, zafias y groseras sátiras, que hoy en día no serían ni siquiera publicadas. Al parecer uno de los financiadores era Narváez, el espadón de Loja, que contaba con la complicidad de la imprenta de los hermanos Becquer en Sevilla, ciudad en la que vivía uno de los mayores enemigos de la Reina , el duque de Montpensier, Antonio de Orleans, casado con su hermana María Luisa Fernanda.

La tentación sobre el Vicario

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Los finos hilos del diablo

Los que conocen, los que conocemos, al Vicario de Melilla, Eduardo Resa Huerta, habían apreciado un cambio de actitud, en un hombre siempre afable, cordial, alegre, y al que ahora se ve siempre meditabundo y orante. No había dicho nada ni siquiera a sus más allegados. Había aconsejado bien a la mujer que se había enamorado del párroco caído bajo las garras de la lujuria: «Acude a la policía, acude a la policía», aconsejó siempre a Rosario*, «trompetista» de la Banda Musical del Cautivo.

En los primeros días del presente año, el Vicario Eduardo Resa recibió la brutal confidencia que arrasó la parte final de su exitoso mandato en el Arciprestazgo melillense, al que se llegó procedente de la iglesia de San José en Vélez Málaga, en julio de 2018, en donde dejó un imborrable recuerdo. Curiosamente, es la misma localidad que la del sacerdote y ex fraile de la Trinidad, detenido y encarcelado por presuntos y diversos delitos de índole sexual. El denominado como padre Francisco o padre Paco, quién llegó a Melilla en julio de 2021, y que también fue nombrado como capellán del centro penitenciario.

Según expresan los medios de comunicación escritos y digitales, la trompetista del Cautivo o «novia del cura», mostró una foto grosera del «padre Paco» al Vicario Episcopal, y ante sus requerimientos sobre proseguir con las visualizaciones, el Vicario le dijo que no quería ver nada más, y volvió a insistir en su consejo de acudir a «la policía».

Desde entonces, el Vicario Eduardo Resa solo reza. Ya no se desprende de su libro de oraciones o del santo rosario, principales elementos de protección contra las acechanzas del maligno. Se le ve siempre en su templo atento a su gestión, pero en cuanto tiene ocasión, se recoge en cualquier rincón e inicia sus rezos. Desde el mes de enero acude cada tarde, como simple orante o dirigiéndolo, al rezo del rosario frente a la capilla del Sagrario. También ha conseguido que una vez al mes, Radio María emita su rosario en directo desde el templo arciprestal del Sagrado Corazón.

Ya no es el mismo. Ahora toda la ciudad, el mundo entero, conoce lo sucedido, pero él lo sabe desde los primeros días de enero. Él resistió a la tentación diabólica de ver más, de ver lo que no debe verse, al igual que el compañero del sacerdote caído bajo el abanico de la lujuria, que espantado, y siempre en apoyo de del Vicario, pidió la salida inmediata de la ciudad. En la iglesia de Santa Mª Micaela hay siempre dos sacerdotes cotitulares. Manuel Jesús Otero y Manuel Jesús Robles han sido nombrados este mismo mes de septiembre como párrocos in solidum, de la parroquia asaltada por los influjos del Maligno.

El Vicario Eduardo Resa ya solo espera su relevo, pero sigue rezando cada día. Es de esperar que el Obispado de Málaga, impasible y hermético, ordene el relevo de este sacerdote santo, y le ofrezca un relevo digno a sus méritos. Él redactó su informe. El Obispado sacó de aquí al sacerdote vencido frente al mal, pero sin publicitarlo. El padre Fran salió de Melilla en enero, como alma que lleva el diablo. Él aconsejó bien a la confundida y desorientada denunciante: Acude a la policía. Desde entonces el Vicario episcopal solo reza y medita.

Hay una ausencia inquietante en las iglesias melillenses. En ninguna existen imágenes del Arcángel San Miguel, el gran vencedor frente al Ángel Caído, el que mejor garantiza la protección frente a sus constantes acechanzas. Es al único al que no se le puede mirar a los ojos.

Nota: *Rosario no es su nombre real.

La iglesia de San Martín en Segovia

Un templo antiguo, con imágenes antiguas, que procede a su vez de un edifico anterior: Porque todo procede de algo que le precede, dedicado también a un santo antiguo, san Martín, el oficial romano convertido al cristianismo. Es una iglesia enorme, en pleno centro de la ciudad, con una torre impresionante, rodeada a su vez de otras torres, procedente del siglo XI o XII, recién asentada la reconquista de la zona. Antes del año 1117, primer registro escrito de la iglesia de San Martín, todo es oscuridad. Nada se sabe de lo ocurrido entre 711 y 1117, casi su fecha inversa, aunque no es difícil suponerlo. En una ciudad de piedra, de todos los tipos, formas y etapas, la presencia del «ladrillo rojo» dice mucho, y es que los materiales se reutilizan mucho.

Sorprende el enorme tamaño de estas iglesias, incluso su numerosidad, en un lugar que no ha estado demasiado poblado nunca, incluso ahora sigue siendo una de las ciudades menos pobladas de España. La enormidad de estas torres de las iglesias urbanas, como la de san Esteban, un poco más abajo, sorprende todavía, aunque también es de piedra. La más gigantesca de todas es la de la catedral de Santa María, pero es de piedra y no de ladrillos. Todas estas torres están adscritas al estilo mudéjar y en el espacio urbano del siglo XII y posteriores, tendrían comunicación visual entre ellas. La frontera entre la Hispania cristiana y la musulmana desapareció de la provincia de Segovia a partir del año 1100.

Santos e imágenes

Ya no estamos acostumbrados a estos estos espacios tan grandes y sobrecogedores. Hay imágenes y santos que ya están fuera de culto y esperan pacientes y sin funciones, en la zona del museo. Cada época de la reconquista, o del avance de los reinos cristianos hacia el sur, tiene sus nombres preferidos en el santoral (Martín, Santiago, Miguel, Esteban). Muchas poblaciones hasta la línea del Tajo llevan el nombre de este santo, el patrono de los soldados, y de algunas labores del campo.

Son muchas tardes pasadas en esa galería porticada de la iglesia de San Martín, junto a la plaza de Juan Bravo y sobre la misma calle Real. Todo ha cambiado en estos 10 siglos de esta iglesias: costumbres, creencias y hasta el propio santoral. Los de aquel tiempo no creían lo mismo que nosotros, ni miraban y rezaban a las mismas imágenes. Con algunas de ellas ya hemos perdido la comunicación.